Capital plural, eterna y sorprendente, mágica... y en ocasiones secreta, París se abre a tus deseos y preferencias. París, una de las más bonitas ciudades del mundo, seduce en primer lugar por su excepcional patrimonio arquitectónico y cultural. Un patrimonio vivo, que no deja de modernizarse y enriquecerse.
París es una importante ciudad europea y un centro mundial del arte, la moda, la gastronomía y la cultura. Su paisaje urbano del siglo XIX está entrecruzado por amplios bulevares y el río Sena. Aparte de estos hitos, como la Torre Eiffel y la catedral gótica de Notre Dame del siglo XII, la ciudad es famosa por su cultura del café y las tiendas de moda a lo largo de la calle Rue du Faubourg Saint-Honoré. La torre Eiffel, es un icono que caracteriza a la ciudad, inicialmente llamada la tour de 300 mètres, es una estructura de hierro pudelado diseñada por los ingenieros Maurice Koechlin y Émile Nouguier.
HISTORIA
La historia de París comienza alrededor de 259 a.C. con su fundación en la orilla derecha del Sena por parte de la tribu celta de los Parisii. Este primer poblado de pescadores cayó en poder de los romanos, que en el año 52 a.C. fundaron una ciudad llamada Lutecia.
La ciudad cambió su nombre por el de París sólo en el siglo IV. Durante esta época resistió a la invasión de Atila y, según la leyenda, gracias a la providencial intervención de Santa Genoveva (patrona de la ciudad).
Clodoveo, rey de los francos, ubicó en ella su capital en el año 508. En el 987 se instaló la dinastía Capeta que perduró hasta el año 1328. París ganó importancia a lo largo del siglo XI, gracias al comercio de la plata y por encontrarse dentro de la ruta de peregrinos y comerciantes.
ARTE Y CULTURA
París es considerada la capital de las artes, lo que la hace una de las ciudades más bellas del mundo. Esto se debe a su magnífico patrimonio cultural. Y es que París es, ante todo, una ciudad monumental, con sus edificios, museos, bibliotecas, teatros que nos transportan al pasado.
La torre Eiffel, es una estructura de hierro diseñada por los ingenieros Maurice Koechlin y Émile Nouguier. |
París ha sido a lo largo de la historia un lugar de encuentro cultural, de exposiciones, de salones, de ferias y de festivales. Convierte de ella una ciudad dinámica, innovadora y creativa. Su vida cultural y artística compuesta por museos, cines, teatros, salas de espectáculos, “conceptos” innovadores como la Nuit Blanche, la Fiesta de la Música o Paris-Plage.
París representa el arte y la cultura francesa. Referente turístico, y social, un país que hace gala de sus artistas y de su arte. La cultura en París son sus calles, las decenas de exposiciones, de conciertos, operas, obras de teatro y miles de pequeñas manifestaciones, encuentros, conferencias, exposiciones, muestras que en cualquier ciudad serían un acontecimiento.
Es muy agradable caminar sin rumbo por Saint Germain des Pres, por el barrio de la Bastilla, por el Mouffetard o por los márgenes del Sena junto al Louvre y entrar en una pequeña galería de arte o ver a un famoso actor declamando en un pequeño teatro. La oferta es tan grande que podemos dejarnos llevar por el influjo cultural que todo lo cubre.
La cultura en París, la hay para todo tipo de público según su economía. La oferta de eventos gratuitos es muy grande, el teatro, la opera y los conciertos de música clásica están al alcance de todos, con tal de que compremos las entradas con un poco de antelación. Los museos municipales son gratuitos y los museos nacionales son de ingreso libre el primer domingo de cada mes.
Junto a los museos las calles de la ciudad son una obra de arte en si mismas. Pequeñas tiendas sacadas de otra época se acurrucan entre los grandes edificios, las galerías acristaladas se ocultan cerca de la Opera Garnier o en pleno Boulevard Saint Germain, cerca del metro Odeon. Y por todas partes libros y reproducciones de las grandes obras de arte de la humanidad.
París, la ciudad de la Gioconda y del clasicismos, pero también lo es de las vanguardias, del cubismo, del jazz y de la música francesa. La música de Edith Piaf nos lleva por las calles de la capital de Francia como si el tiempo se hubiera detenido, pero actualmente París es la capital de la música africana, de los sonidos mestizos, de los nuevos caminos electrónicos.
La cultura francesa ha sido durante muchas décadas un compendio de la cultura euroamericana, pero hoy ya no se puede decir sólo eso. La emigración y los exiliados han llevado a las avenidas y a los museos de París a gentes de África, Asía y Oceanía. Hoy el arte y la cultura francesa son, más si cabe, un crisol donde se mezclan las más modernas vanguardias con el clasicismo burgués del II Imperio impreso en cada calle por el Barón Haussman.
Los bouquinistas, los vendedores de libros y postales de la orilla del Sena, son una institución, con pequeñas joyas de bibliófilo y ediciones de bolsillo a precios muy razonables. Los amantes de la lectura deben viajar a París, recorrer sus calles y visitar las grandes librerías del Boulevard Saint Michel y Saint Germain y también las pequeñas librerías especializadas, la sueca, la polaca, la española, la portuguesa. Habrá que aprender francés pero también hay librerías especializadas la literatura anglosajona o árabe.
Las actividades y el patrimonio de París nos invitan a descubrir una capital histórica llena de encanto y diversión.
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